lunes, 29 de febrero de 2016

El lucro del despilfarro

http://elpais.com/elpais/2016/02/24/planeta_futuro/1456337998_413852.html


Tras el lucro del despilfarro

El actual sistema de compra y venta de alimentos pone en riesgo los derechos de las personas más vulnerables y al planeta, según los expertos, que abogan por el consumo local

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“El primer día que fui a recoger un encargo para donar, el distribuidor me dio mil kilos de patatas y aluciné. ¡Mil kilos! Que se dice rápido, pero no cabían ni en la furgoneta”, espeta Barri aún con cara de asombro, mientras conduce su furgón con otros casi 700 kilogramos de tomates dispuestos en la parte de atrás.
Hace dos años Óscar Agúndez, de 43, y de Barcelona (lo de Barri viene de niño por su admiración por el grupo musical Barricada), se unió a lucha contra el despilfarro de alimentos. Rockero de corazón y ex carpintero de profesión, entró en una fuerte depresión al quedarse en el paro durante tres años. Esta fase amainó cuando se incorporó en la empresa social Espigoladors, que opera en Cataluña para combatir el desaprovechamiento de frutas y verduras que se descartan, ya sea por un descenso en las ventas o por cuestiones estéticas. Una propuesta local a un problema global organizada alrededor de la recogida de excedentes directamente en campos y empresas, la donación a entidades sociales y la transformación de productos frescos en mermeladas que posteriormente se comercializán. Pero la sorpresa de Barri no fue nada más que un acercamiento sin intermediarios a la realidad.
En España se desperdician anualmente ocho millones de toneladas de alimentos; en Europa, un 60% del despilfarro que se realiza en los hogares sería evitable, según la Comisión Europea. Resulta muy cómodo ir a comprar a los grandes supermercados porque encontramos productos de temporada durante todo el año, a buenos precios y cerca de casa. Pero, con ello, “promovemos un modelo menos sostenible y saludable que concentra, desperdicia y promueve el consumo de productos cada vez más industrializados que escapan nuestra capacidad de decisión”, explica Marco Gordillo, coordinador de campañas de Manos Unidas. Esta organización identifica el despilfarro alimentario como una de las grandes problemáticas para combatir el hambre en el mundo. Así lo subraya en su campaña Trienio de lucha contra el hambre que han lanzado este 2016. Tener acceso a productos económicos nos hace sentir beneficiarios pero, como apunta Gordillo, “es importante tomar conciencia de que con este sistema de producción y distribución de alimentos también somos víctimas y cómplices. Hemos sido capaces de aumentar la producción pero no de distribuir los alimentos equitativamente alrededor del mundo”.
Si rescatamos la expresión think globally, act locally (iiensa globalmente, actúa localmente) que se usó inicialmente para hablar de retos medioambientales, vemos que la traducción del panorama nacional a cifras mundiales existe y es muy grave: 1.300 millones de toneladas de alimentos acaban en la basura anualmente, representando aproximadamente un tercio de su producción total, al mismo tiempo que 800 millones de personas sufren desnutrición crónica en el mundo, según la FAO. Considerando estas cifras, Juan Carlos García y Cebolla, jefe del equipo de derecho a la alimentación de este organismo de la ONU, advierte que hay un "déficit notable" en la atención y prioridad que se requiere para el cumplimiento de las obligaciones de los estados en materia de políticas, programas para abordar el impacto de las pérdidas y el desperdicio de alimentos sobre el derecho a la alimentación adecuada de las generaciones presentes y futuras.
Pero la explotación insostenible de los recursos no es solamente una amenaza de futuro, sino que ya se manifiesta en la actualidad, por ejemplo, sobre comunidades de pescadores cuyos medios de vida se han visto alterados por la sobre pesca de las grandes flotas, una parte de cuyas capturas termina desechándose. “El desperdicio de alimentos es parte de un sistema alimentario que no tiene en cuenta las necesidades de la población más vulnerable, de un sistema que a escala global y local asigna el uso de los recursos de un modo desigual, promoviendo el acaparamiento de tierras y otros procesos que no son tan visibles a escala micro pero que no pueden dejar de considerarse conectados cuando se ve el conjunto”, denuncia el experto en Derecho a la Alimentación de FAO.
Porque tirar es fácil con los ojos cerrados. O al menos si tenemos la sensación de que las consecuencias no nos afectan directamente: “El problema actual en la producción y el consumo de alimentos es el control creciente del sistema alimentario por parte de empresas multinacionales que sobrevive a costa de expropiar las tierras a muchas personas de países subdesarrollados”, plantea Jose Emmanuel Yap, director de proyectos de seguridad alimentaria de CIDSE, la coalición de ONG Católicas de Desarrollo de la que la ONG española Manos Unidas forma parte y que tuvo representación en las negociaciones de la COP21 de París. Según Emmanuel Yap, este modelo no contempla la cantidad de alimentos que van a ir a la basura ni la posibilidad de que muchos pequeños agricultores pierdan la oportunidad de diversificar sus cultivos si se imponen sobre sus tierras monocultivos que requieren del uso de técnicas y materiales que “destruyen la tierra porque la proporción de pérdidas para las multinacionales es mucho menor que los beneficios obtenidos”. “Además —remata el experto—, cuando la tierra ya no es fértil por la intervención de las multinacionales, estas simplemente se van y dejan poblaciones enteras sin fuentes de cultivo o de agua porque sus terrenos se han degradado y ya no tienen posibilidad de darles rendimiento”.
La agricultura es un sector clave en términos de emisiones de gases de efecto invernadero
El pasado mes de diciembre, 195 países llegaron por primera vez en la historia a un acuerdo global contra el cambio climático en París. La agricultura es un sector clave en términos de emisiones de gases de efecto invernadero. Producir comida que no va a consumirse supone emisiones innecesarias de CO2. Además del desaprovechamiento de recursos utilizados en la producción, como tierra, agua, energía e insumos. Estudios de la FAO han demostrado también que el desperdicio de alimentos es responsable de la liberación a la atmósfera de miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI), consumiendo cerca de 250 km3 de agua y 1,4 millones de hectáreas de tierra cada año. Normalmente, se relaciona la producción con la fase que más GEI genera a lo largo de la cadena alimentaria, sin embargo, las emisiones generadas por las actividades que tienen lugar fuera de los límites de las explotaciones agrícolas (distribución, almacenaje, empaquetado...) representan cerca del 50% de toda la cadena alimentaria: “Cuanto más consumamos, más emitiremos para producir los alimentos y envasarlos, pero también para transportarlos”, explica François Delvaux, responsable de políticas y promoción de comercio y agricultura sostenible de CIDSE.
Se trata de una cuestión ambiental y social, pero también de economía local. “Es importante potenciar el consumo local porque de esta forma fortalecemos el sistema alimentario nacional. Si reducimos el consumo de productos importados los agricultores tendrán más oportunidades de diversificar sus cultivos y reducir los excedentes”, apunta Delvaux. Los expertos advierten que el desperdicio de alimentos es mayor cuando la comida se transporta entre distancias largas, ya que aumenta el riesgo de que entren bacterias que provoquen enfermedades, de golpes que estropeen los alimentos u ocasionarse problemas en los sistemas de refrigeración. Por el contrario, consumir productos de proximidad contribuye a erradicar el desaprovechamiento de alimentos ya que supone menos horas de transporte, los productos llegan más frescos a los puntos de venta y así se dispone de tiempo para consumirlos. “Con el sistema actual compramos solamente las frutas bonitas e iguales que llegan a los supermercados y descartamos las que son diferentes aún siendo de mayor calidad. Quizá paguemos más por un producto local, pero de esta forma los pequeños agricultores podrán tener trabajo y, por tanto, aportar a la economía nacional que al mismo tiempo es la misma que la tuya”, sugiere Delvaux.

No todo se queda en casa

Los datos de despilfarro alimentario están recogidos en informes, sin embargo, seguimos comprando a otros países productos que ya cultivamos en nuestros campos (y de los que resultan excedentes) e incluso aumentamos las importaciones. Datos de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX), muestran que las importaciones de frutas y verduras en España crecieron en 2014 un 5% en volumen y un 3,6% en valor con relación a 2013, totalizando 2,4 millones de toneladas y 1.697 millones de euros.
El desperdicio de alimentos es mayor cuando la comida se transporta entre distancias largas
Los principales productos frescos que importamos en nuestro país son la patata y la manzana, pero ¿cuál es el precio que no pagamos aquí por comprar casi 100 millones de toneladas de alimentos frescos a países no europeos de África o Latinoamérica, entre otros?
La activista Mamalefetsane Phakoe, originaria de Lesoto y miembro de la Rural Women’s Assembly que opera con ocho países de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), denuncia la relación entre el despilfarro de alimentos en el Norte y la desnutrición y el subdesarrollo en los países del Sur: “Estamos convirtiéndonos en esclavos dentro de nuestras propias tierras. Una gran cantidad de la comida que se está desperdiciando en los países ricos la producimos en África, especialmente frutas y vegetales como manzanas, uva, melocotones y tomates. Las personas que llegan a nuestras tierras nos las quitan, las explotan y cuando ya dejan de ser fértiles se van sin dejarnos nada con que alimentarnos”. En consecuencia, el derecho a la alimentación y, por tanto, la seguridad alimentaria (que busca el acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para cubrir sus necesidades por parte de todos y en todo momento) no se cumple. “Nos emplean en nuestros propios campos y nos pagan 1.000 rands mensuales (60 euros aproximadamente) trabajando ocho horas diarias. Cuando llegan, tenemos que firmar un contrato de 50 años con el que vallan nuestras propiedades y eso significa, por una parte, que nunca más volvemos a tener acceso a los campos que vemos desde nuestra casa a no ser que nos convirtamos en sus trabajadores y, por otra, que tendremos que ir al supermercado a comprar los mismos productos que crecen en nuestras tierras”, explica Phakoe con la mano replegada en un puño. Y termina: “Este es un problema a largo plazo porque el envenenamiento de las tierras derivado de la industrialización de la agricultura las deja infértiles y no tenemos posibilidad de cultivar productos nunca más”.
Si desperdiciamos una tercera parte de los alimentos que producimos, el precio de estos sube hasta ser inaccesibles para los países subdesarrollados. Tiramos la comida en nuestros entornos cercanos pero, aunque así parezca, no todo queda en casa. La lucha contra el despilfarro alimentario es también una lucha por los derechos humanos que incluye la acción de todos: actores gubernamentales, sector privado y espacios u organizaciones multilaterales internacionales y regionales como el Comité Mundial de Seguridad Alimentaria (CSA) o la Unión Africana. “Los ciudadanos no pueden desentenderse de sus obligaciones si aspiran a ejercer y consolidar sus derechos. Esto no exime a los Estados y sus poderes de sus obligaciones, sino que nos recuerda que la fragmentación que a veces hacemos de las diferentes dimensiones que concurren en cada ciudadano ocultan la necesidad de una mayor coherencia que solo puede alcanzarse desde una conciencia ciudadana de nuestra interdependencia”, apunta García y Cebolla de FAO.
Estamos convirtiéndonos en esclavos dentro de nuestras propias tierras. Una gran cantidad de la comida que se está desperdiciando en los países ricos la producimos en África
MAMALEFETSANE PHAKOE, LESOTO

Ante el dolor del planeta

Hace cuatro años que el agua no cae sobre las tierras del pueblo Turkana. Rodeados por Sudán del Sur al norte y Etiopía al este, más de dos centenares de nómadas viven a las orillas del Lago Turkana. Pero una sequía dramática ha aniquilado el terreno y los esfuerzos por mantener una economía basada mayoritariamente en la cría de ganado y el cultivo de vegetales son cada vez más complicados. Los pastores caminan horas con sus rebaños en busca de zonas para alimentarse y los problemas traspasan las fronteras de esta tribu: “El cambio climático está provocando conflictos entre tribus en el norte de Kenia. La gente tiene que alimentar a sus animales fuera de sus tierras y los pueblos vecinos se sienten invadidos”, cuenta Benedict Ayodi, cura franciscano capuchino originario de Kenia. Él, junto con otros miembros de la iglesia católica franciscana de la zona, trabaja para ayudar al pueblo en el desarrollo de una economía de subsistencia pese a las dificultades del entorno: “Les enseñamos técnicas para almacenar el agua y así cultivar sus propios vegetales aunque el agua sea escasa”, explica.
El nexo entre la agricultura, la seguridad alimentaria, el despilfarro de alimentos y el cambio climático puede resultar incierto, sin embargo, es del todo vinculante. “Debemos diferenciar la pérdida de alimentos, derivada entre otras causas de los fenómenos meteorológicos que terminan con los cultivos, del despilfarro que hace referencia a la comida que tiramos de forma voluntaria”, apunta Delvaux. El sector agrícola se está viendo especialmente afectado por el cambio climático y los colectivos más pobres, especialmente las mujeres, los niños y las personas con discapacidad en las zonas rurales son quienes más sufren los desafíos relacionados con el clima como la desertificación, la degradación de la tierra, las sequías, las inundaciones y la escasez de agua por la falta de recursos e infraestructuras para sobrellevarlos. No obstante, según datos del informe París, para las Personas y el Planeta elaborado por CIDSE ante la cumbre del clima en París, los pequeños agricultores gestionan más del 80% de los aproximadamente 500 millones de pequeñas explotaciones agrícolas del mundo y proporcionan más del 80% de los alimentos consumidos en gran parte del mundo en desarrollo. Este escenario puede contribuir significativamente a la reducción de la pobreza y a la seguridad alimentaria y refleja que, aunque el despilfarro podía haber sido otra realidad sufrida en silencio, el planeta no ha podido evitar sincerarse ante todos.

Libro sobre transición ecosocial

Tomado de

http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-02-26/cinco-anos-para-evitar-la-debacle-de-el-planeta-de-los-simios-rutas-sin-mapa-emilio-santiago-muino_1158812/


Foto: Fotograma de 'El amanecer del planeta de los simios'
Fotograma de 'El amanecer del planeta de los simios'
TIEMPO DE LECTURA11 min
Un libro corto y contundente está sacudiendo el activismo en España. Se presentó la semana pasada, desbordando las expectativas. “Mi novia llegó diez minutos tarde y no pudo entrar”, explica el joven antropólogo Emilio Santiago Muiño, con un gesto de rubor. El texto ha ganado el premio Catarata de Ensayo. Su tesis planta cara al delirio consumista y al deterioro ecológico (válgamos la redundancia). El título completo es 'Rutas sin mapa: Horizontes de la transición ecosocial'. Huyendo del tono catastrófico, con ánimo cálido y constructivo, nos ofrece una útil composición de lugar. Debajo de su estilo mesurado, aparece un bofetón a nuestro modo de vida, además de una denuncia del sonambulismo de la izquierda y la derecha en cuestiones ecológicas.  
Rutas sin mapa
Rutas sin mapa
La portada del libro reproduce la escena más famosa de ‘El planeta de los simios’, donde Charlton Heston va caminando por la playa y se encuentra enterrada la Estatua de la Libertad. En la página veintitrés dices lo siguiente: “Podemos contar con aproximadamente un lustro para efectuar una gran intervención pedagógica con vistas a crear un estado de opinión pública capaz de conformar una mayoría mayoría social en pos del cambio”.
Pregunta. ¿Solo nos quedan cinco años? 
Respuesta. Me parece importante poner una fecha. Lo que intento decir es que ya no se puede organizar una transición ordenada. Cinco años es una fecha manejable a nivel mental. La oportunidad de hacer las cosas bien ya la hemos perdido. En nuestro escenario, ya nadie nos libra de unos niveles de sufrimiento social alto. Eso lo tengo claro. Lo que quiere decir “cinco años” es que hay que actuar ya porque el panorama es muy sombrío. Ya no podemos tomar tierra de manera normal, solo intentar un aterrizaje de emergencia.
P. ¿De qué tipo de sufrimiento social hablamos?
R. A todos los niveles. Los sistemas políticos tienen inercias: aunque mañana se pusiera en marcha un programa de transición serio, esas inercias harían que los efectos del cambio climático que ya están en marcha tuvieran sus costes. Hay efectos que no podemos parar, desde los refugiados climáticos hasta el colapso social que ha creado esta oleada creciente de protestas. Ya estamos a los mayores niveles desde hace cincuenta años y una crisis climática lo multiplicaría exponencialmente. Nos enfrentamos a un naufragio antropológico importante. Lo que está en juego es la misma modernidad de nuestra civilización. Quizá tengamos que renunciar a ella. En 2015 y 2016 hemos visto las oleadas de refugiados que vienen a Europa, que en gran parte tienen que ver con cuestiones climáticas. El calentamiento global inunda las costas y muchas ciudades se vuelven inhabitables.
P. Señala dos caminos para salir de nuestra apatía. El primero, tomado del intelectual marxista Manuel Sacristán, dice que necesitamos algo parecido a una conversión religiosa. El segundo, inspirado en la Historia reciente, sugiere que deberíamos comportarnos con la misma unidad y entrega que los países europeos durante de la Segunda Guerra Mundial.  
R. Los menciono como equivalentes funcionales, no como propuestas de inspiración directa. El nudo gordiano del problema es el marco de nuestros deseos, que está socialmente construido. Tenemos que ser capaces  de proponer un horizonte en que el decrecimiento de consumo sea algo vitalmente excitante. Hay que modificar por completo nuestros patrones vitales. Por eso Sacristán pensaba en las conversiones religiosas, que son procesos que nos cambian por completo. Es lo que necesitamos. O ese furor bélico de la Segunda Guerra Mundial que hizo que la población fuera muy proclive a embarcarse en tareas colectivas.
P. Describe de manera contundente nuestra debilidad consumista: “Una sociedad que considera un derecho adquirido comer langostinos en Navidad o irse un fin de semana a Londres a ver un concierto, una sociedad que protesta porque se reduce en diez kilómetros por hora el límite de velocidad en autopistas es una sociedad muy poco preparada humanamente para la escasez que se nos viene encima”.  
R. Diría que parecemos condenados al ecofascismo. Puede ser que estemos dispuestos a cualquier cosa para no renunciar a esos pequeños privilegios. Quizá vamos a un escenario de élites encerradas en chalés, que para pagar sus caprichos condenan al resto del mundo a una especie de favelización. Afrontar la crisis ecológica es un tabú político, ya que los partidos de izquierda y derecha saben que este asunto les hace perder votos. Nadie quiere hablar de decrecimiento, ni de austeridad de consumo, que no tiene nada que ver con la austeridad que impone la Troika, sino con ser capaces de autorestringir nuestros impulsos y deseos. Es muy significativo que en el encuentro “Un Plan B para Europa”, que se acaba de celebrar en Madrid, no se hablase en ningún momento de límites de crecimiento económico o del deterioro ecológico. La idea de la izquierda y de muchos movimientos sociales es seguir creciendo para redistribuir. El problema del neokeynesianismo es que se topa con un freno, que son los límites biofísicos de nuestro planeta, que ya están aquí. El reto es convencer a los votantes de que una vida más austera puede ser una vida mejor.
P. ¿Cómo se consigue eso?
R. Me parece crucial entender que la abundancia no es una sustancia. Nadie puede decir “esto es la abundancia”. La abundancia es una relación de medios y de fines. Si tú cambias de fines, encuentras otro tipos de riqueza, desde la mejora de las relaciones personales, hasta la riqueza poética, pasando por otra que todos entendemos que es la riqueza de tiempo. La escasez de días libres es endémica en nuestras sociedades. Ahí tenemos mimbres para construir un concepto de “vida buena” que no gravite alrededor de la sociedad de consumo. Podemos mantener niveles de vida similares a los de sociedades industriales de perfil bajo o a la antigua vida de los pueblos. En principio, a muchos puede sonarles como un horror, pero es algo que estamos demandando ahora, cuando el fin de semana planeamos la escapadita en coche para irnos a una casa rural. Antes de que este país se volviera gilipollas, la gente pasaba las vacaciones en el pueblo, ahora tenemos que pagar un dineral para ir a un caserío con spa. Lo que debemos buscar, lo que necesitamos, son mimbres que ya estaban aquí.
P. Hablas del peligro del ecofascismo. ¿Cómo lo describirías?
R. Es un término ambiguo que alude a muchas cosas. Puede ser una agudización de las tendencias neoliberales. Por ejemplo: establecer estados de excepción que protejan y fomenten el aumento de la desigualdad. Eso está empezando a pasar con giros tan tenebrosos como la Ley Mordaza. También es posible que las élites opten por dar un verdadero golpe en la mesa y encaminarnos a economías intervenidas, donde el estado controle los recursos básicos y se pelee con los vecinos por los últimos recursos del planeta. Creo que no es un horizonte descabellado. Esto último sería ecofascismo en sentido estricto.
P. Me reí bastante con la frase en que describes al ser humano como un “primate arrogante y venido arriba en el clímax de su borrachera antropocéntrica”.
R. Quería cuestionar la noción del ser humano como alguien racional, capaz de autoconstruirse, como cuando Marx hablaba de la realización de la filosofía. Creo que sobreestimamos nuestra capacidad de diseñar sociedades de la manera que imaginamos. Siempre hay un grado fuerte de problemas y sorpresas. Quien crea que puede trazar un plan y cumplirlo sin más se está engañando. La ingeniería social tiene mucho de mito.  
P. ¿Qué opinas de documentales como “Una verdad incómoda” (2006), de Al Gore, que fue una referencia para millones de personas?
R. Sirven como primer paso, como toma de conciencia, pero no son suficientes. Falla en puntos esenciales. El gran tabú, a derecha y a izquierda, es reconocer de una vez por todas que no es posible un cambio sin cuestionar el crecimiento económico. Conceptos como “capitalismo verde” o “desarrollo sostenible” son simples eufemismos de los que nos tenemos que librar. No van al núcleo del problema. Ni siquiera el 15M quería un cambio de civilización, sino un simple retorno a las condiciones económicas previas a la crisis. El bando que se tiene que hacer cargo de la emancipación, del que yo me siento parte, se sigue moviendo en unas coordenadas que dicen que este modelo puede continuar. Y eso no es verdad. No solo tenemos en contra un sistema que es mucho más poderoso que nosotros, sino que ni siquiera hemos tomado conciencia de la profundidad de los cambios que debemos abordar.
P. ¿A qué cosas concretas habría que renunciar para acercarnos a un cambio sensato?
R. No lo tengo claro, ni creo que lo tenga nadie. Lo único que circulan son algunos estudios. Parece ser que un nivel aceptable sería el de las clases medias europeas de los años treinta o cuarenta, antes de la explosión fuerte de la sociedad de consumo. No se trata de volver a la Edad Media. Sospecho que el límite puede pasar por prohibir el automóvil, me refiero a la movilidad privada. El coche ha generado un modelo de vida asocial. Eso no significa renunciar a alguna flota colectiva pública para emergencias, momentos concretos etcétera. Pero, usado como hoy, es un lujo que una sociedad razonable no se debe permitir.  En cuestiones tecnológicas, habría que renunciar a un uso individualizado de móviles y ordenadores. Percibimos las nuevas tecnologías como algo inmaterial, pero tienen un impacto ecológico tremendo, tanto en explotación de recursos minerales como en uso de energía. Nuestras vidas no pueden ser hiperconectadas, pero eso no tiene que vivirse como algo malo. A muchos nos gustaría bajarnos de este frenesí, que tantas veces resulta agobiante.
P. Define a las élites como analfabetas en cuestiones de ecología y energía. 
R. Las élites sufren de tecnolatría: piensan que ya aparecerá una solución tecnológica que limpiará todos nuestros problemas. También estamos padeciendo una sobredosis de datos, que nos impiden pensar con claridad, hacer síntesis, superar la hiperespecialización que descarta visiones de conjunto. Básicamente, las soluciones que manejan las élites tienen que ver con apropiación de los recursos ajenos, como hemos visto en las guerras del Golfo Pérsico. O quedarse con dinero de los trabajadores por medios como el TTIP o la reforma laboral. Ellos apuestan por arañar cualquier cosa para mantener su tasa de beneficio y seguir su loca huida hacia adelante. No tenemos élites con una mirada amplia ni con un proyecto claro de civilización. Me sorprende el nivel de rechazo a Podemos, ya que son un partido socialdemócrata moderado, que está cargando con el peso de una reforma necesaria para el capitalismo actual. No entiendo que salten las alarmas ni que le vean como bolcheviques que vienen a comer niños. Esta percepción ata a Podemos y le impide ser un actor de cambio potente. El neokeynesianismo no es una solución ecológica realista. Seguimos embrujados por fetichismos. La escenificación de esto es la cumbre de París de hace unos meses. Pretender frenar el cambio climático sin descarbonizar es como querer inventar el agua seca. La cumbre fue una condena a muerte en diferido para millones de personas. Ese enfoque significa desplazamientos, guerras por los recursos y hambrunas.
P.Otra cosa que destacas es que el sistema actual tampoco hace felices a las élites. Pones el ejemplo extremo de Moritz Erhardt, el becario de Merrill Lynch que falleció en 2013 después de trabajar 72 horas seguidas.
R. El problema no es solo la desigualdad, que también, sino la profunda alienación de la sociedad. Es una crítica que se hace muy visible a partir de mayo del 68 y que podemos formular así: ¿Para qué trabajamos diez, doce o catorce horas diarias? ¿Para tener dos semanas o un mes al año en el que podemos ir a cualquier lugar del mundo y entregarnos a un consumo desaforado? ¿Merece la pena destruir el planeta para fingir un estatus social efímero y luego volver al estrés de la oficina? Pero, vamos, no creo que de repente las élites se vayan a convencer de que están llevando unas vidas miserables. Hace falta una intervención política desde abajo. 

lunes, 1 de febrero de 2016

Programa de la asignatura

BIOÉTICA
I SEMESTRE 2016
UNIVERSIDAD DE CIENCIAS APLICADAS Y AMBIENTALES UDCA
HORAS SEMANALES: 2 HORARIO: MARTES 7-9- am  PROGRAMA: Economía.  PROFESOR: FERNANDO BAENA VEJARANO CORREO ELECTRÓNICO: fbaena@udca.edu.co Blog: http://nuevatierrabioeticaglobal.blogspot.com.co

DESCRIPCIÓN
La bioética es la disciplina que estudia la relación del ser humano con la naturaleza y el entorno, en términos del razonamiento moral y de los dilemas que generan las decisiones que se toman y que afectan a los seres vivos y al planeta Tierra. El uso de la  naturaleza para fines convenientes al ser humano plantea  problemas como el del equilibrio ecológico, los motivos para conseguirlo, las causas del grave deterioro actual y los complejos entramados socioculturales y económicos asociados a la conducta pasada, la actual y la futura, que la humanidad tenga hacia la vida. La U.D.C.A. es una universidad ambientalista y ecoconsciente. La economía como ciencia social y disciplina que estudia, entre otras cosas, las leyes del mercado, el trabajo como actividad humana y la explotación de los recursos necesarios para la supervivencia y el progreso de la adaptación del ser humano al entorno, no puede ser ciega respecto al impacto que producen los modos, estilos y medios de producción del estilo de vida actual, que se refleja en el cambio climático, la extinción de especies y el deterioro medioambiental.
Las reflexiones éticas se refieren principalmente a nuestro actuar frente y con los otros en el mundo. De manera que este curso se interesa por presentar un panorama de las diversas posturas que desde la reflexión ética pretenden resolver los distintos dilemas morales que pueden ser objeto del pensamiento económico, brindando herramientas conceptuales necesarias para reconsiderar el lugar de los seres vivos y de nuestra relación con ellos. Esta relación es el reflejo y a la vez el origen de un bucle de interacciones que dibujan una cosmovisión que se ha mostrado inadecuada para fundamentar una relación respetuosa hacia la vida.
El curso está estructurado de tal manera que el estudiante comprenda las nociones generales de la reflexión bioética. Partiremos de la toma de conciencia del problema de la relación actual entre el ser humano y la naturaleza. En segundo lugar, comprenderemos la interacción entre la cosmovisión no participativa y la inconciencia ecológica, para que, finalmente, el estudiante se familiarice con la cosmovisión participativa y su posible praxis en la economía.
OBJETIVO GENERAL
A partir de la lectura de textos de bioética global y de crítica y descripción de las cosmovisiones asociadas a la mala y la buena relación posible entre el ser humano y la naturaleza, el estudiante elaborará una reflexión crítica sobre la economía y las escuelas económicas para revisar críticamente las prácticas económicas carentes de conciencia bioética, vislumbrando propuestas alternativas viables en la sociedad actual.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
·       Los estudiantes estarán en la capacidad de reconocer y explicar los principales debates de la reflexión bioética contemporánea.
·       Los estudiantes comprenderán las características principales de la cosmovisión imbricada en la praxis antiética que se refleja en el deterioro del sistema de valores y de la relación actual entre el ser humano y los seres vivos.
·       Los estudiantes comprenderán las características principales de nuevas cosmovisiones que puedan facilitar nuevas relaciones de respeto entre el ser humano y los seres vivos.
·       Los estudiantes obtendrán elementos teóricos antropológicos que fundamenten un paradigma de la complejidad al estudiar los fenómenos de la bioética planetaria.
·       Los estudiantes estarán en la capacidad de asumir de manera crítica las diversas tendencias de las escuelas económicas actuales, en términos del criterio bioético.
METODOLOGÍA
El curso se desarrollará a través de varias estrategias. La primera, lecturas programadas en casa. La segunda, exposiciones en clase a partir de investigaciones guiadas. La tercera, talleres y videoforos de sensibilización  sobre la problemática bioética y ambiental. La cuarta, aprovechamiento de las cátedras del profesor. Se realizará un trabajo contínuo de sinopsis de cada lectura y de cada cátedra dictada sobre cada tema, para entregar una carpeta final de ejercicios, sinopsis y ensayos que refleje el proceso individual de mejoramiento de la comprensión de los contenidos. En el aula se desarrollaran puestas en común, debate e investigación bajo la orientación permanente del docente. La evaluación será formativa. Un blog servirá para asegurar una permanente comunicación entre el docente y sus estudiantes. Un cuaderno de lecturas permitirá al estudiante agendar la preparación de clase. En cada clase se realizarán una o varias evaluaciones orales de comprobación de lectura individual. La clase no será un repaso ni una introducción a las lecturas, sino un complemento a las mismas.
CRONOGRAMA
Semana
Tema
Lecturas y Actividades
1
martes febrero 2
Introducción y presentación del curso.

Berman, Morris
Tarea de lectura: introduccion y cplos 1 y 2 de “El reencantamiento del Mundo”
2
martes febrero 9
Diagnóstico bioético y  socio-ecológico global: una aproximación.
Exposición: acuerdos de Rio y de París.
Cátedra: la cosmovisión cartesiana
Lovelock James
Tarea de lectura: introduccion y cplos  cplo 2 y 3 de “La Venganza de la Tierra”.
3
martes febrero 16
Diagnóstico bioético y  socio-ecológico global: una aproximación.
Exposición: el problema energético global
Cátedra: el analfabetismo cultural y bioético global
 Lovelock James
Tarea de lectura: prólogo y cplo 1 y 5 de “La Venganza de la Tierra”.

4
martes febrero 23
Diagnóstico bioético y  socio-ecológico global: una aproximación.
Exposición: animalismo y teoría gaia
Cátedra: la teoría Gaia vs mecanicismo biológico
Lovelock James
Tarea de lectura: cplos 4 y 6 de “La Venganza de la Tierra”.
5
marzo 1
Diagnóstico bioético y  socio-ecológico global: una aproximación.
Exposición: neuromarketing
Cátedra: el analfabetismo cultural y la manipulación mediática
Tarea de lectura: cplo 3 de “Tierra Patria” de Edgar Morin
6
marzo 8
Hacia una nueva cosmovisión: el paradigma integral y complejo.
Exposición: cplo 4 de “la venganza de la tierra”
Cátedra: el analfabetismo cultural y la manipulación mediática

Tarea de lectura: cplo 4 de “Tierra Patria” de Edgar Morin
7
Marzo 15
Hacia una nueva cosmovisión: el paradigma integral y complejo.
Exposición: libre
Cátedra: bases antropológicas de la bioética
Cplos 7, 8 y 9 de  “La Venganza de la Tierra”.
8
Marzo 29
Hacia una nueva cosmovisión: el paradigma integral y complejo. Exposición: video foro
Cátedra:holismo
Cplo 1 de “Ciencia y espiritualidad”
9
Abril 5
Hacia una nueva cosmovisión: el paradigma integral y complejo. Exposición: libre
Cátedra:la conciencia participativa
Cplos 6,7 y 8 de Tierra Patria
10
Abril 15
El desencantamiento del mundo
Exposición: energías libre y mercado
Cátedra: bases antropológicas de la bioética
Cplos 3 y 4 de “El reencantamiento del mundo”
11
Abril 12
El reencantamiento del mundo
Exposición: Libre
Cátedra: Teoría de los sistemas vivos
Cplo 6 de “El reencantamiento del mundo”
12
Abril 19
El reencantamiento del mundo
Exposición: video foro
Cátedra: Teoría de los sistemas vivos
Cplo 7 de “El reencantamiento del mundo”
13
abril 26
El reencantamiento del mundo
Exposición: libre
Cátedra: razonamiento moral bioético
Cplos 8 de “El reencantamiento del mundo”
14
Mayo 3
Ética y bioética
Exposición: libre
Cátedra:el desafío bioético
Cplo 9   de “El reencantamiento del mundo”
15
Mayo 10
Ética y bioética
Exposición: libre
Cátedra:el desafío bioético
Preparación de la carpeta final
16
Mayo 17
Conclusiones del curso y video foro








EVALUACIÓN
El curso de Bioética requiere que el estudiante presente una sinopsis de la cátedra y (o) de la exposición de cada sesión a más tardar el jueves siguiente a cada clase. Igualmente, que presente una sinopsis de la lectura de preparación de cada clase, a más tardar el lunes anterior a cada clase.  Las sinopsis solamente se reciben en el correo institucional del profesor. En la sesión # 6,cuando ya se han presentado 5 sinopsis de preparación de clase y otras 5 de resumen de clase, se entrega el primer avance de carpeta, que tiene un valor de 1.5 de la nota final. En la sesión # 11,cuando ya se han presentado 5 sinopsis de preparación de clase y otras 5 de resumen de clase, se entrega el segundo avance de carpeta, que tiene un valor de 1.5 de la nota final. En la sesión # 16,cuando ya se han presentado 5 sinopsis de preparación de clase y otras 5 de resumen de clase, se entrega el último avance de carpeta, que tiene un valor de 2.0 de la nota final. Para cada clase se hará un control de lectura sorpresa, al azar, individual, oral,  a una quinceava parte de  los estudiantes inscritos. El valor de ese examen será de 1.0 sobre la nota final, y para los estudiantes que lo tomen se restará ese valor del valor del acumulado normal de cada avance de carpeta, lo que restará el valor de las sinopsis entregadas en ese período de clases. Las exposiciones tendrán un valor de 1.0 y para los estudiantes que las hagan se restará ese valor del valor del acumulado normal de cada avance de carpeta, lo que restará el valor de las sinopsis entregadas en ese período de clases. En la primera clase se definirá si será obligatorio que cada estudiante haga por lo menos una exposición en el semestre. Las exposiciones excelentes hasta la sesión 11 eximirán de la primera o segunda entrega de avance de carpeta. El profesor subirá al blog la nota de cada avance de carpeta.

BIBLIOGRAFÍA
(pendiente de subir al blog todos los textos citados)

Revista Selecciones de bioética No 5. ISSN 1657-8856. Instituto de Bioética-Cenalbe, Bogotá, Colombia, 2004.
Nikos Astroulakis, Desafiando a la economía convencional: un paradigma ético del desarrollo Revista Problemas del Desarrollo, 175 (44), octubre-diciembre 2013.

Máximo Vega-Centeno B. Ética personal y profesional: la Economía y los economistas. Revista Economía Vol. XXXII, N° 64, semestre julio-diciembre 2009, pp. 83-108 / ISSN 0254-4415.

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